Del campo a tu mesa: Proceso de fabricación de la tortilla.
En un rincón del vasto territorio mexicano, donde el sol acaricia los campos de maíz con sus cálidos rayos, comienza la historia de Milpa Viva, una marca que no solo produce tortillas, sino que honra una tradición milenaria con cada paso.
Todo empieza en las tierras fértiles de las comunidades agrícolas de México. MilpaViva trabaja mano a mano con pequeños agricultores que cultivan variedades ancestrales de maíz, utilizando técnicas de agricultura sostenible.
Estos agricultores practican la milpa, un sistema de cultivo que promueve la biodiversidad al sembrar maíz, frijoles y calabazas juntos, lo que enriquece el suelo y reduce la necesidad de fertilizantes químicos.
La cosecha del maíz se lleva a cabo con gran cuidado. Los agricultores seleccionan las mejores mazorcas a mano, asegurándose de que solo el maíz más saludable y nutritivo llegue a la siguiente fase. Este proceso garantiza la calidad del producto final y preserva el ecosistema local y promueve prácticas agrícolas responsables.
El siguiente paso es la nixtamalización, un proceso antiguo que transforma los granos de maíz en masa de manera natural. En MilpaViva, se utiliza agua y cal, siguiendo la receta tradicional.
El maíz se cocina lentamente, se deja reposar y luego se lava para eliminar las cáscaras. Este proceso mejora el sabor y la textura de las tortillas, al mismo tiempo que aumenta el valor nutricional del maíz, facilitando la absorción de nutrientes esenciales.
Después de la nixtamalización, el maíz pasa por un molino de piedra, una herramienta que ha sido utilizada por generaciones para moler el maíz en una masa suave y homogénea.
A diferencia de los métodos industriales modernos, el molino de piedra conserva los aceites naturales del maíz, lo que resulta en una tortilla más sabrosa y nutritiva. Este método artesanal es parte del compromiso de MilpaViva con la autenticidad y la calidad.
La masa resultante se amasa y se forma en discos perfectos que luego se cuecen en comales de barro o planchas de hierro caliente. La cocción se realiza cuidadosamente para asegurar que cada tortilla tenga la textura ideal: suave pero firme, con un ligero tostado que le da ese inconfundible sabor a hogar.
Finalmente, las tortillas MilpaViva llegan a tu mesa, cargadas de historia, sabor y un profundo respeto por la tierra y las personas que las producen. Cada bocado es un tributo a la sabiduría ancestral, a las manos que trabajan la tierra con amor y a un compromiso firme con la sostenibilidad y la responsabilidad social.
Al disfrutar de estas tortillas, te unes a una tradición que ha alimentado a generaciones y que continuará haciéndolo, gracias a ti que, junto a nosotros, valoras y preservas lo mejor de México.
Todo empieza en las tierras fértiles de las comunidades agrícolas de México. MilpaViva trabaja mano a mano con pequeños agricultores que cultivan variedades ancestrales de maíz, utilizando técnicas de agricultura sostenible.
Estos agricultores practican la milpa, un sistema de cultivo que promueve la biodiversidad al sembrar maíz, frijoles y calabazas juntos, lo que enriquece el suelo y reduce la necesidad de fertilizantes químicos.
La cosecha del maíz se lleva a cabo con gran cuidado. Los agricultores seleccionan las mejores mazorcas a mano, asegurándose de que solo el maíz más saludable y nutritivo llegue a la siguiente fase. Este proceso garantiza la calidad del producto final y preserva el ecosistema local y promueve prácticas agrícolas responsables.
El siguiente paso es la nixtamalización, un proceso antiguo que transforma los granos de maíz en masa de manera natural. En MilpaViva, se utiliza agua y cal, siguiendo la receta tradicional.
El maíz se cocina lentamente, se deja reposar y luego se lava para eliminar las cáscaras. Este proceso mejora el sabor y la textura de las tortillas, al mismo tiempo que aumenta el valor nutricional del maíz, facilitando la absorción de nutrientes esenciales.
Después de la nixtamalización, el maíz pasa por un molino de piedra, una herramienta que ha sido utilizada por generaciones para moler el maíz en una masa suave y homogénea.
A diferencia de los métodos industriales modernos, el molino de piedra conserva los aceites naturales del maíz, lo que resulta en una tortilla más sabrosa y nutritiva. Este método artesanal es parte del compromiso de MilpaViva con la autenticidad y la calidad.
La masa resultante se amasa y se forma en discos perfectos que luego se cuecen en comales de barro o planchas de hierro caliente. La cocción se realiza cuidadosamente para asegurar que cada tortilla tenga la textura ideal: suave pero firme, con un ligero tostado que le da ese inconfundible sabor a hogar.
Finalmente, las tortillas MilpaViva llegan a tu mesa, cargadas de historia, sabor y un profundo respeto por la tierra y las personas que las producen. Cada bocado es un tributo a la sabiduría ancestral, a las manos que trabajan la tierra con amor y a un compromiso firme con la sostenibilidad y la responsabilidad social.
Al disfrutar de estas tortillas, te unes a una tradición que ha alimentado a generaciones y que continuará haciéndolo, gracias a ti que, junto a nosotros, valoras y preservas lo mejor de México.